
Es usted un político que ha tenido la suerte de sustituir a un personaje tan patético como el Sr. Aznar, y eso ya le hace partir con ventaja porque en la comparación con lo anterior es difícil no salir ganando. Además, ha tenido usted la habilidad de presentarse como un político al que se le adivina cierto aire de honradez y honestidad, que, por su ausencia en el mundo de la política, le es altamente valorada.
A pesar de ello, Señor Zapatero, creo que le falta valentía como dirigente. No digo que no la tenga, pero no la suficiente. Paso a explicarme.
Señor Zapatero, usted ha tenido el problema de que ha sacado a la palestra problemas que no ha tenido después la determinación de llevar a buen puerto, y eso le deja a usted en tierra de nadie, con lo cual, descontenta a los sectores conservadores, que se molestan porque se toquen temas que no se deben tocar, y a las personas de izquierdas que vemos como usted levanta unas expectativas que después no se atreve a cumplir, porque se preocupa más de mirar a su derecha que de mirar al frente. Ejemplos de que se ha quedado usted a medio camino hay muchos: El Estatut de Catalunya, donde lo recorta usted y deja descontentos a los catalanes porque no es lo que se comprometió, y a la derecha porque considera que no debería haberse modificado. El proceso de paz con ETA es otro ejemplo. Lo empieza, y lo deja a medias, con lo que usted vuelve otra vez a quedarse con el culo al aire.
Señor Zapatero, si va usted a salir de la trinchera, salga con la suficiente decisión como para llegar a la siguiente trinchera, porqué si se queda a mitad de camino lo acribillan, como le sucede.
No puede usted estar gobernando pensando en la oposición y en su discurso de que "hay que tener en cuenta a la oposición porque representa a 10 millones de españoles". Eso está muy bien, pero piense usted en el caso que le hacían ellos cuando usted era oposición. Es más, la oposición, es lo que tiene, ha perdido las elecciones, y usted tiene la legitimidad de gobernar, porque USTED, y no el PP, las ganó. Los ciudadanos eligieron su programa, y no el del PP, por tanto, no debe usted someter sus acciones de gobierno a la aprobación del PP. Ellos tendrán de nuevo la posibilidad de presentar su alternativa de gobierno en las próximas elecciones. Mientras tanto, usted es el presidente. No permita que el PP marque ni condicione su agenda política.
Valentía, Señor Presidente, tome sus decisiones y defiéndalas con firmeza, sin complejo de inferioridad. Cuando la oposición le acuse de haber tomado tal o cual decisión, conteste usted: "Pues si, yo he tomado esta decisión, por esto y por esto, ¿y que?"
Quizá así yo pueda llegar a votarle algún día.