miércoles, 30 de mayo de 2007

Cómo las aguas van volviendo a su cauce...


Cuando me decidí a iniciar este blog, me encontraba en un momento difícil de mi vida. Tras atravesar por dificultades en la empresa donde trabajaba, que me llegaron a provocar problemas de salud y un enfrentamiento con mi superior ( el cual, como muchos otros, fiel demostración de que el ostentar un cargo no implica, en la mayoría de los casos, capacitación para ejercerlo, y más bien parecen empeñados en demostrar diariamente su ineptitud), finalmente alcancé la rescisión de mi contrato, que en un principio me negaron y sólo me concedieron tras una baja de larga duración, me llevó a una situación extraña. Había conseguido librarme de la fuente de mis problemas, pero la sensación, lejos de ser agradable, era más bien triste. Había pasado de tener un trabajo sumamente absorbente, a levantarme por la mañana sin otro quehacer diario que dejar pasar las horas. La línea que separaba la ansiedad de la depresión empezaba a difuminarse para mí. Además, no quería tomar las pastillas que me había recetado el médico, ya que, las pastillas que actúan sobre el sistema nervioso central, son adictivas y creía que debía ser lo suficientemente fuerte como para superar las adversidades por mí mismo.
Ante este panorama, decido que una de las causas de este decaimiento es la falta de actividad, el levantarse cada mañana sin nada que hacer, ese sentimiento de exclusión social, aun teniendo las necesidades económicas cubiertas con cierta suficiencia debido a la prestación por desempleo, era demasiado para mí. El cambio había sido demasiado brusco, y a su vez, la idea de volver a trabajar, totalmente descartable por no encontrarme, ni mucho menos, recuperado de las secuelas que el stress y la ansiedad me habían causado.
¿Como ocupar entonces mi tiempo para reactivarme a mí mismo? Estaba claro que la idea de seguir trabajando de lo mismo en otra empresa no me resultaba en absoluto atractiva, y por tanto debía reorientar mi futuro profesional. Aquí es donde surgió la idea de preparar las pruebas de acceso a la universidad para mayores de 25 años. Después de consultarlo con mi novia, Eli, la cual me ha apoyado incondicionalmente en los momentos difíciles, y es sin duda en ellos donde verdaderamente se demuestra el amor (gracias amor mío, te quiero), con mi familia y con algún que otro amigo que había hecho el acceso anteriormente, me decido a iniciar esta andadura. El curso había empezado en septiembre, y yo me incorporo en enero, con todas las dificultades que ello me ha conllevado. Debo decir que sin la ayuda de un grupo de personas maravillosas que encontré en clase, que desde el primer momento me han pasado apuntes, resúmenes, me han aclarado las dudas que he podido tener, y todo ello con una generosidad digna de elogio, no lo habría conseguido. Gracias a Arcadi, Montse, Gemma, Noemí, Neus, Ignasi ..... y a todos los compañeros de clase que me habéis integrado desde el primer momento en un grupo humano que, a pesar de que ya llevaba cuatro meses trabajando, me ha abierto las puertas para formar parte de él. Gracias también a todos los profesores que me permitieron incorporarme a las clases ya iniciadas.
Sí, lo puedo decir, ¡¡¡¡¡ He entrado a la universidad !!!!!!, y con una nota muy superior a la que necesitaba para la carrera que quiero cursar. Necesitaba un 6,8 y he sacado un 8,26 de nota media, realmente no me lo creo. Ahí os dejo mis notas:
Comentario de texto: 8,5
Lengua catalana: 7,5
Lengua castellana: 4,5
Inglés: 8
Nota media de la prueba común: 7,68
Geografía: 8
Historia contemporánea: 9
Literatura: 9,5
Nota media de la prueba específica: 8,83
Nota final de la prueba: 8,26
Sin duda alguna, es una inyección de moral muy muy grande para mis dañados ánimos y mi alterada auto estima. He vuelto a recuperar el rumbo de las cosas y, lo mejor de todo, es que me gustan más ahora que antes de la crisis, así que casi creo que los problemas en el trabajo han acabado siendo positivos, porque han abierto unos horizontes que, de no haberse producido dichos problemas, quizá nunca hubiese dirigido mis pasos hacia ellos.
Además, también he encontrado trabajo, en un polideportivo, con poquita responsabilidad, para empezar poco a poco a reintegrarme al mundo laboral, y es un trabajo que me ilusiona y me apetece hacer.
Como he dicho en el título, parece que las aguas vuelven a su cauce, y el cauce parece más ancho, más limpio y más saludable que el anterior a la tormenta.